Músico por un día

La Orquesta Reino de Aragón te ofrece la oportunidad de sentirte como un músico de la ORA desde dentro del escenario, en medio de la orquesta, como un artista más.

Para ello, en cada concierto de su temporada pone a disposición del público un número limitado de 'Sillas de la ORA'. 

Por sólo 60 euros podrás disfrutar de una de las experiencias más fascinantes de tu vida. ¡Déjate emocionar!

También puedes hacerle un regalo a un familiar, amigo...y disfrutar juntos de la experiencia. Pídenos lo que quieras y te ayudaremos a conseguirlo.

 

CÓMO VIVIR LA EXPERIENCIA

1. El público que adquiera estas localidades deberá estar en la recepción de músicos 30 minutos antes del concierto.

2. Serán recibidos por un responsable de protocolo de la orquesta que les acompañará al backstage donde podrán saludar al director y los músicos, antes y después del concierto.

3. Saldrán al escenario junto con los músicos que, les indicarán cuál es su silla.

4. Cuando los músicos se levanten a saludar podrán hacerlo si así lo desean.

 

CÓMO COMPRARLAS

1. Ponte en contacto telefónicamente, vía mail, redes sociales y nosotros organizaremos el evento.

 

OPINIÓN DE SORAYA RODRÍGUEZ QUE YA HA VIVIDO LA EXPERIENCIA

'La música me emocionó y la experiencia fue increíble y te hace aflorar sentimientos únicos e irrepetibles'

 

La experiencia de poder  estar inmersa dentro de la ORA fue por mi cumpleaños. Me regalaron la entrada para asistir como público pero a modo de sorpresa me dijeron que podía vivir la experiencia desde dentro de la orquesta. No lo pensé dos veces y, aunque con nervios por la novedad del asunto, le respondí un SI rotundo. Es uno de los regalos más curiosos y emocionantes que me han hecho!!! Gracias Jorge.

El día del concierto me sentía nerviosa y al mismo tiempo entusiasmada, es una experiencia que, para quienes viven y sienten la música, es emocionante, difícil de explicar con palabras. El momento previo a la audición, cuando ves a los músicos entre “bambalinas”, ensayando, hablando entre ellos, con nervios y templanza simultáneas, puedes percibir el arduo  trabajo de sus carreras  y la  aptitud hacia sus instrumentos como si fueran una  prolongación de su propio cuerpo.  El director de la formación nos dijo las indicaciones que debíamos seguir para que todo fuera bien y estuviéramos tranquilas.

Cuando llegó el momento de subir al escenario, todos los músicos se organizaron, un pequeño ejército de instrumentos se disponía a salir y allí estaba yo, arropada por ellos, me sentía una privilegiada entre el tumulto. Subir a un escenario impresiona, te haces pequeña ante la mirada de los focos y de un publico que no ves pero sientes. Los músicos esperan al Director, hay un profundo silencio y concentración en el ambiente. Cuando éste sale al escenario, todos atentos a su batuta y miradas de compenetración, se oye la respiración del grupo, luego un silencio ensordecedor y una total atención.  Es llamativo  el silencio que se crea antes de comenzar a tocar.  La música comienza, te engloban los instrumentos y un pequeño escalofrío puede recorrerte el cuerpo. Me conmueve los vaivenes de los instrumentos, es como estar dentro de un mar con momentos de tormenta y momentos de calma. Asocio recuerdos de mi vida con el compás de la música y es inevitable la emoción.

La música me emocionó y la experiencia fue increíble y te hace aflorar sentimientos únicos e irrepetibles así que si queréis contar conmigo de nuevo, allí estaré!!

Creo que es una experiencia que deberían poder recibir y aprovechar, en algún momento de su historia vital, las personas que, como yo, no nos dedicamos a este mundo. Es una manera de acercar y poder participar del  arte musical desde dentro ya que bien cierto es que, no es lo mismo contarlo que vivirlo.